MY BAND FOR PUNKANDCHURROS 2.0
A unos días para que se celebre la segunda edición del Punkanchurros en Sevilla parece que por fin voy a cruzar dados con alguien sobre un tapete a esto del Punkapocalyptic.
Para participar he preparado una banda de Pandilleros, la verdad es que me gustan más los Mutardos, pero bueno, para empezar a coger el truco al juego me han recomendado comenzar con estos, así que nada, Pandilleros.
He hecho mi lista a 400 puntos con lo básico, 7 miniaturas que os presento con el trasfondo que he preparado para la ocasión.
A few days before the second edition of Punkanchurros takes place in Seville, it seems that I'm finally going to cross dice with someone on a mat at this Punkapocalyptic.
To participate I have prepared a band of Gangers, the truth is that I like the Mutards better, but hey, to start getting the hang of the game they have recommended that I start with these, so nothing, Gangers.
I have made my list to 400 points with the basics, 7 miniatures that I present to you with the background that I have prepared for the occasion.
Una de Churros para Cait.
La vida en el Páramo siempre es peligrosa, y más cuando eres de las afueras.
Eso debió pensar Catalina la primera vez que dejó su asentamiento chabolista para ir en busca de fortuna.
Tenía claro que las balas estaban en las grandes ciudades, y la que le quedaba más cercana era Hísparis, además para llegar, siguiendo el cauce del Tharthersis no podría perderse, así que ahí comenzó la historia conocida de esta leyenda del Páramo, por aquél entonces conocida simplemente como Caty la hija de la Sonia.
Apenas contaba con 17 años, pero ya estaba hasta el coño de tener que quitarse a los borrachos de encima, el poblado no era seguro para ella, y no quería acabar como su madre o sus cuatro hermanas, mantenidas por un cabrón sin escrúpulos que las usaban para aliviarse de muchas maneras.
Salió por la noche, sin que nadie se diese cuenta, con lo justo, eso sí, se llevaba una pistola que sabía dónde escondía su padrastro, que le jodan, pensó, y un par de balas por si las cosas se ponían feas poder defenderse. Todas las noticias que llegaban al poblado referentes al exterior eran parecidas: violencia, sexo, peligros por todos sitios, bestias asesinas… la verdad es que no invitaban a acercarse, pero por otro lado estaba la posibilidad de ser dueña de su propia vida, de vivir aventuras y hacerse un nombre. Todos querían ser como Basilio, el único de toda su comarca que era famoso, y eso que perder una pierna y un brazo no lo dejaban en buen lugar, pero sí el ser dueño de una de las tiendas más importantes de Jútrera, un asentamiento lleno de oportunidades cerca de Hísparis.
Caty tardó lo suyo en llegar a la urbe, al principio evitando moverse mucho de día y aprovechando la oscuridad que le brindaba la noche para recorrer kilómetros. Durante los primeros días no tuvo contacto con nada ni nadie, pero al cuarto, amaneciendo y buscando ya un lugar donde descansar un rato, se topó con un Mistolobo.
Los mistolobos son una suerte de perros salvajes que según dicen los que conocen la fauna de muy muy antiguo están emparentados con los lobos, que eran como los más machos de la manada. Tienen el tamaño de un perráncano grande, y su color varía del blanco al negro pasando por todos los grises que se pueda uno imaginar. Son peligrosos de cojones, sobre todo porque son muy inteligentes, van en manadas y se coordinan a la perfección para cazar. Suelen hacerlo por la tarde noche, cuando su gran vista les sirve para ver en la oscuridad y son más difíciles de detectar. Cazan desde bufamelos a cualquier otra criatura del páramo que sea poco más grandes que ellos, aunque a veces se les ha visto cazar bichos muchos más grandes, eso es todo lo que recordaba Caty cuando detrás de un árbol encontró uno. Menos mal que tenía buena memoria y era más lista de lo normal, como siempre le decía su tío Mac. En cuanto vio al bicho supo de qué se trataba, y recordó las palabras de su chacho diciéndole “si te encuentras uno cara a cara quédate completamente quieta Rosita, aunque ven perfectamente, incluso de noche, si no te mueves es posible que no te distingan”, así que Caty se quedó quieta.
Parecía que la criatura no se había percatado de su presencia, por lo que no hubo de desenfundar la pistola, lo único que le faltaba era hacer un disparo y poner en aviso al resto de la manada, porque su chacho ya le había advertido que siempre iban varios juntos de caza.
Sí, hubo de quedarse quieta un buen rato, más de media hora porque el bicho no se movía, y de vez en cuando, cuando ella se movía lo más mínimo, giraba la cabeza y la escudriñaba con sus ojos rojos, aunque por suerte no acertaba a verla, o eso pensaba Caty. Se relajó e hizo un pequeño ruido con la bota, que tocaba una maldita botella de cristal, el mistolobo acertó a enfocarla, ella se dio cuenta y cuando se disponía a desenfundar su pistola una flecha pasó rozándole la cabeza y acertó de pleno entre los ojos del mistolobo, que cayó muerto justo delante suya…
Quedó unos instantes en shock hasta que se dio cuenta que no estaba allí sola, que alguien la había ayudado… o no, no había que fiarse de nadie, se giró y vio unos metros tras ella a un hombre cubierto por una capucha verde, con gagas oscuras y un arco en posición de descanso. Estaba claro que no le interesaba muerta, así que al menos en principio todo iba bien.
- - Ha estado muy cerca – Le dijo mientras se colgaba el arco a la espalda. Ahora parecía más claro que no le interesaba ella, al menos no como para matarla, así que se tranquilizó.
- - Sí… gracias.
- Deberías tener cuidado con los mistolobos, seguro que hay por aquí alguno más. – Le informó su salvador. – Por cierto, soy Khov.
- - Y yo… Cait acertó a decir. – Pensó que su nombre era suyo, y lo primero que le había salido de la boca era casi el suyo… y a partir de entonces siempre ha sido Cait.
- - Muy bien Cait. Si tienes hambre tengo comida y un techo no muy lejos de aquí, cuando lleguemos me cuentas, puedes estar tranquila conmigo. – Cait asintió con la cabeza, la verdad es que en esos momentos era lo mejor que podía hacer, y aunque instintivamente llevaba ya una mano dentro del bolsillo donde estaba la pistola, algo le decía que Khov no era peligroso… al menos para ella.
Tras asegurarse ambos que no había mas mistolobos cerca o que al menos no se habían percatado de su presencia, emprendieron en silencio el camino juntos. Anduvieron un par de horas hasta llegar a las cercanías de lo que parecía un edificio, o lo que quedaba de él, alto, de piedra y con una puerta disimulada por una gran chapa metálica.
- - Aquí es. – Dijo Khov. – Un momento. – Y le indicó que se parara, al parecer había alguien dentro, y debía dar la contaseña. Esto ya no le hacía tanta gracia a Cait. Khov se acercó a la puerta, tocó dos veces y dijo algo que a ella se le escapó, tras lo cual corrió la chapa y apareció una joven de pelo rojo y pantalones verdes que tras verlo la escudriñó a ella con la mirada. Intercambió unas palabras con Khov y luego le sonrió.
- - Los amigos de mi hermano son mis amigos. Soy Six. – Y volvió a sonreírle con una sonrisa que no parecía en absoluto falsa. Era momento de decidir si confiar o irse por donde había venido aún a riesgo de enemistarse con los hermanos… El instinto le decía que debía quedarse, y Cait se acercó y le tendió la mano a Six.
- - Hola, soy Cait.
Era verdad que tenía comida, y le ofrecieron de una especie de olla metálica lo que parecían los restos guisados de un martinejo, y de una talega un mendrugo de pan no demasiado duro.
- Come y luego hablamos. – Le dijo Khov.
Hacía varios días que comía apenas lo que pillaba por la noche, mayormente algunos arbustos y uno o dos largartos que había cazado con suerte, ni mucho menos que guisadas, solo quemadas con cuidado para no descubrirse ante miradas indiscretas, así que comió con avidez ante la mirada de sus nuevos amigos, que lo hacían a su ritmo.
Una vez acabada la cena Cait explicó que iba a Hísparis a buscar fortuna, les contó de dónde venía y un poco del trayecto que la había llevado hasta allí, pero obvió comentar la presencia de la pistola, por ahora con eso era suficiente.
Por su parte Khov empezó a contarle formaban parte de un grupo de cinco amigos que se habían atrincherado en ese lugar, vivían de hacer trabajos para quien los contrataba por un módico precio, y sobrevivían sin muchos problemas, a pesar de lo cual siempre estaban alerta. De hecho, se escuchaban pasos en la parte superior del edificio, con suelo y techos de madera, y aunque al principio Cait se mostró nerviosa por ello, luego fue informada de que arriba montaba guardia otro miembro de la banda, Scarlett.
Al día siguiente por la mañana temprano ya estaban todos preparados tras tomar un desayuno rápido a base de una especie de gachas que había cocinado Scarlett, que además de una excelente maestra de la ballesta, sabía cocinar bastante bien, y eso que sus pintas no iban por ahí: Una auténtica hembra de gran altura, bien formada, con el pelo azul y cubierta con un mono naranja, que cuando hacía calor se bajaba hasta la cintura dejando ver una mini camiseta blanca que apenas si le tapaba los pechos, se podía decir que era guapa y tenía tirón con los hombres, a los que detestaba…
Antes de Cait pudiera preguntar por los dos miembros que faltaban del grupo Six los avisó que llegaban Igör y Mady, que al instante llamaban a la puerta, y entraban para también desayunar. Cait se presentó y ambos miraron a Khov que asintió con la cabeza. Ya estaban todos.
Igör era una auténtica mole, no es que estuviese cachas, es que parecía todo músculo, vestía una camisa gorda y ajada por el tiempo de color rojo y unos pantalones azules además de un ridículo gorro amarillo, la verdad es que no iba a pasar desapercibido con esas pintas en ningún sitio, pero quizás ahí estuviese su fuerza, en mostrarse tal y como era, porque podía infundir miedo en un rival con solo verlo. Por su parte, la canija del pelo amarillo era Mady, charlatana según veía Cait en lo poco que llevaba junto a ella, siempre con unos cuchillos en las manos y nerviosa.
Hoy tenían misión, iban al encuentro de su enlace, Page, que a veces se unía a la banda, para gusto de Scarlett, a la que le gustaba. Tendrían que caminar unas horas antes de llegar al lugar de encuentro, junto a una de las puertas de Hísparis, cerca de la Puerta de la Carne, donde colgaban a todos los malnacidos a los que pillaban robando o saqueando sin permiso dentro de la ciudad, el hedor se decía que era insoportable allí, y desde muy lejos solo con el olfato, cualquiera podía llegar siguiéndolo hasta esa puerta.
En el camino hacia la urbe fueron cruzándose con otras bandas, algunas saludaban, y Khov o Mady le contaban a Cait quienes eran o de qué los conocían. Ella atendía las indicaciones, y aunque seguía preguntándose por qué la habían acogido tan a la ligera, algo que ella misma habría dudado, parecía no correr peligro alguno en este grupo.
Hacia unos veinte minutos que el olor a carne putrefacta impregnaba el aire cuando por fin Khov se paró junto a una mujer. Era Page. Charlaron un momento y luego Khov les hizo una señal a todos para que los siguieran, y a su vez ella siguió a Page, que llevaba una máscara antigás, todo un acierto, pensó Cait, con eso no tendrá que oler este pestazo. Además, llevaba una abultada mochila a la espalda y una capa larga con capucha que la hacía más complicada de ver. Siguiéndola llegaron por fin a dónde al parecer se iba a cerrar el trato: Churrería Paurlina.
One of churros for Cait.
Life in the Páramo is always dangerous, and even more so when you are from the outskirts. That's what Catalina must have thought the first time she left her shanty settlement to go in search of her fortune.
She was clear that the bullets were in the big cities, and the one that was closest to him was Hisparis, and to get there, following the bed of the Tharthersis he couldn't get lost, so there began the known story of this legend of the Páramo, at that time known simply as Caty, Sonia's daughter.
She was barely 17 years old, but she was already tired of having to get rid of the drunks, the town was not safe for her, and she did not want to end up like her mother or her four sisters, supported by an unscrupulous bastard who They used to relieve themselves in many ways.
She went out at night, without anyone noticing, just enough, of course, he took a gun that he knew where his stepfather was hiding, screw him, he thought, and a couple of bullets in case things got ugly to be able to defend himself. . All the news that reached the town regarding the outside was similar: violence, sex, dangers everywhere, murderous beasts... the truth is that they did not invite you to get closer, but on the other hand there was the possibility of being the owner of your own life, of live adventures and make a name for yourself. Everyone wanted to be like Basilio, the only one in his entire region who was famous, and losing a leg and an arm did not leave him in a good place, but being the owner of one of the most important stores in Jútrera, a settlement full of of opportunities near Hísparis.
Caty took a long time to reach the city, at first avoiding moving much during the day and taking advantage of the darkness that the night offered to travel kilometers. During the first days she had no contact with anything or anyone, but on the fourth day, at dawn and already looking for a place to rest for a while, she ran into a Mistwolf.
Mistwolves are a type of wild dog that, according to those who know the fauna from very ancient times, is related to wolves, which were like the most male of the pack. They are the size of a large dog, and their color varies from white to black, passing through all the grays that one can imagine. They are dangerous as hell, especially because they are very intelligent, they go in packs and coordinate perfectly when hunting. They usually do it in the evening, when their great eyesight helps them see in the dark and they are more difficult to detect. From buffaloes they hunt any other creature of the moor that is a little bigger than them, although sometimes they have been seen hunting much larger bugs, that's all Caty remembered when she found one behind a tree. Thank goodness she had a good memory and was smarter than normal, as her Uncle Mac always told her. As soon as she saw the bug she knew what it was, and she remembered her kid's words telling her "if you meet one face to face, stay." Rosita completely still, although they see perfectly, even at night, if you don't move they may not see you", so Caty stayed still.
It seemed that the creature had not noticed his presence, so he did not have to unholster his pistol, the only thing left was to fire a shot and warn the rest of the herd, because his boy had already warned him that it always Several of them went hunting together.
Yes, she had to stay still for a long time, more than half an hour because the bug didn't move, and from time to time, when she moved the slightest, it turned its head and scanned her with its red eyes, although luckily it didn't. He managed to see her, or so Caty thought. She relaxed and made a small noise with her boot, which was touching a damn glass bottle, the mistolobo managed to focus on it, she realized it and when she was about to unholster her pistol an arrow brushed past her head and hit it squarely between the eyes. of the mistolobo, who fell dead right in front of him...
She was shocked for a few moments until she realized that she was not there alone, that someone had helped her... or not, you shouldn't trust anyone. She turned around and saw a few meters behind her a man covered by a green hood, with dark gagas and a bow in a resting position. It was clear that he wasn't interested in her dead, so at least in principle everything was going well.
- It has been very close to her – She told him while she hung the bow on her back. Now it seemed clearer that he wasn't interested in her, at least not enough to kill her, so he calmed down.
- Yes, thanks.
- You should be careful with the mistowolves, there are surely some more around here. – Her savior informed her. – By the way, I'm Khov. - And I... Cait managed to say. Her – She thought his name was hers, and the first thing that came out of her mouth was almost his… and from then on it has always been Cait.
- Very good Cait. If you are hungry I have food and a roof not far from here, tell me when we get there, you can rest easy with me. – Cait nodded her head, the truth is that at that moment it was the best she could do, and although she instinctively already had one hand inside the pocket where the gun was, something told her that Khov was not dangerous… at least for her.
After both of them made sure that there were no other mystowolves near her or that at least they had not noticed her presence, they silently set out on the road together. They walked for a couple of hours until they reached the vicinity of what looked like a building, or what was left of it, tall, made of stone and with a door hidden by a large metal sheet.
- Here it is. – Khov said. - One moment. – And she told her to stop, apparently there was someone inside her, and she had to give the password. Cait wasn't so happy about this anymore. Khov approached the door, knocked twice and said something that escaped her, after which he opened the door and a young woman with red hair and green pants appeared who, after seeing her, scrutinized her with her gaze. She exchanged a few words with Khov and then smiled at him.
- My brother's friends are my friends. I'm Six. Her – And she smiled at him again with a smile that didn't seem fake at all. It was time to decide whether to trust or go where she had come even at the risk of antagonizing the brothers... Her instinct told her that she should stay, and she Cait approached and extended her hand to Six.
- Hello, I'm Cait.
It was true that she had food, and she was offered from a kind of metal pot what looked like the stewed remains of a martinejo, and from a bag a crust of bread that was not too hard.
- Eat and then we'll talk. – Khov told him.
For several days he had been eating only what he caught at night, mostly some bushes and one or two lizards that he had caught with luck, much less than stewed, only carefully burned so as not to be revealed to prying eyes, so he ate greedily before the gaze of his new friends, who did it at their own pace.
Once dinner was over, Cait explained that she was going to Hísparis to seek her fortune, she told them where she came from and a little about the journey that had taken her there, but she neglected to comment on the presence of the gun, for now that was enough.
For his part, Khov began to tell him that they were part of a group of five friends who had barricaded themselves in that place, they lived by doing work for whoever hired them for a modest price, and they survived without many problems, despite which they were always alert. . In fact, footsteps could be heard at the top of the building, with wooden floors and ceilings, and although at first Cait was nervous about it, she was later informed that another member of the gang, Scarlett, was standing guard upstairs.
Early the next morning they were all ready after having a quick breakfast based on a kind of porridge that Scarlett had cooked, who in addition to being an excellent crossbow master, knew how to cook quite well, even though her looks were not going well. out there: A true female of great height, well built, with blue hair and covered in an orange jumpsuit, which when it was hot was lowered to her waist revealing a white mini T-shirt that barely covered her breasts, you could tell that she was pretty and had a crush on men, whom she detested...
Before Cait could ask about the two missing members of the group, Six told them that Igör and Mady were arriving, who immediately knocked on the door, and entered to also have breakfast. Cait introduced herself and they both looked at Khov who nodded. They were all already there.
Igör was a real hunk, it's not that he was beefy, it's that he seemed all muscle, he was wearing a fat, time-worn red shirt and blue pants as well as a ridiculous yellow hat, the truth is that he wasn't going to go unnoticed. nowhere with those looks, but perhaps that was where his strength lay, in showing himself as he was, because he could instill fear in a rival just by seeing him. For her part, the short girl with yellow hair was Mady, a chatterbox as Cait saw from the little he had with her, always with knives in her hands and nervous.
Today they had a mission, they were going to meet her liaison, Page, who sometimes joined the band, much to Scarlett's liking, who liked her. They would have to walk a few hours before reaching the meeting place, next to one of the gates of Hisparis, near the Gate of Flesh, where all the bastards who were caught stealing or looting without permission within the city were hanged, The stench was said to be unbearable there, and from very far away just by smell, anyone could follow it to that door.
On the way to the city they passed other gangs, some of them said hello, and Khov or Mady told Cait who they were or how they knew them. She heeded her instructions, and although she continued to wonder why she had been welcomed so lightly, something she herself would have doubted, she seemed to be in no danger in this group.
The smell of rotting flesh had been in the air for about twenty minutes when Khov finally stood next to a woman. It was Page. They chatted for a moment and then Khov signaled for everyone to follow them, and in turn she followed Page, who was wearing a gas mask, a good idea, Cait thought, that way she won't have to smell this stench. In addition, she carried a bulky backpack on her back and a long hooded cloak that made her more difficult to see. Following her they finally arrived at where the deal was apparently going to be closed: Churrería Paurlina.
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