sábado, 22 de septiembre de 2012

IX TORNEO KHANDIANOS DE ESTALIA. CÓRBODA

Pues nada, que mañana tengo el IX Torneo de los Khandianos de Estalia en Córdoba, y allí que iré con mi nueva peana escénica y mi lista casi convulsionada al 100%, a ver si pillo algo, tengo esperanzas en la parte de Ejército Conversionado, por lo menos lo voy a intentar.

Os paso mi lista, el trasfondo y unas fotitos de la peana escénica con el ejército...


LA SOMBRA NEGRA DE BARAD-DÛR

LÍDER DEL EJÉRCITO: SHAGRAT, Líder Guerrero de Cirith Ungol.

PARTIDA DE GUERRA 01. (232 ptos)
CAPITÁN: SHAGRAT, Líder Guerrero de Cirith Ungol. 110 ptos.
TROPA: 1 Portaestandarte Uruk-Hai de Mordor. 33 ptos.
6 Uruk-Hai de Mordor con escudo. 54 ptos.
5 Orcos de Mordor con lanza y escudo. 35 ptos.

PARTIDA DE GUERRA 02. (174 ptos)
CAPITÁN: WULF, Capitán de la Guardia Negra de Barad-Dûr. 60 ptos.
TROPA: 6 Guardias Negros de Barad-Dûr. 72 ptos.
6 Orcos de Mordor con lanza y escudo. 42 ptos.

PARTIDA DE GUERRA 03. (130 ptos)
CAPITÁN: SHROCK, Capitán Orco de Mordor con escudo. 45 ptos.
TROPA: 5 Uruk-Hai de Mordor con escudo. 45 ptos.
4 Orcos de Mordor con lanza y escudo. 28 ptos.
2 Orcos de Mordor con lanza. 12 ptos.

PARTIDA DE GUERRA 04. (164 ptos)
CAPITÁN: Tambor de la Guardia Negra de Barad-Dûr. 45 ptos.
TROPA: 1 Portaestandarte Orco de Mordor. 30 ptos.
6 Uruk-Hai de Mordor con escudo. 54 ptos.
5 Orcos de Mordor con lanza y escudo. 35 ptos.

TOTAL: 700 ptos. 51 miniaturas.
Ningún arco.
Conversiones: 44 miniaturas.


BARAD-MOR

Pocos conocen la verdadera historia de la atalaya de Barad-Mor, donde hace muchos años los hombres de Gondor tenían un puesto de vigilancia cerca del paso de Erech, en la cara sur de las Montañas Blancas.
Allí, en los primeros días de la felicidad de los hombres, cuando la sombra oscura de Saruman o del propio Sauron no eran más que un mal sueño de los que pensaban demasiado, los hombres comenzaron a construir una torre a la que llamaron la Torre de la Luz, puesto que se encontraba a las faldas mismas de las Montañas Blancas, y en los tejados de pizarra pulida se reflejaba el sol proyectado desde las cimas de la cordillera.
Todos los hombres de la región trabajaron duramente para levantar una torre de planta cuadrada, de unos siete diez metros de lado, con una gran puerta en la cara sur, la que veía las tierras de los hombres. Construida con bloques de piedra blanca traída desde tierras lejanas y que algunos decían venían de los sobrantes de la construcción de Minas Tirith, y otros que habían sido labrados en lejanas y extrañas tierras por pueblos sabios en el trabajo de la sillería, con esas imponentes piezas cuyo peso sobrepasaba los doscientos quilos con facilidad, se fue levantando esta majestuosa Torre de la Luz.
Amridel fue el encargado de realizar el diseño y de llevar a cabo la construcción bajo la supervisión de los reyes de los hombres, que venían cada poco tiempo a contemplar como la torre iba subiendo. Tal era el interés que el propio Amridel tenía en la torre que durante dos años no se movió de la zona y empezó a idear otras construcciones para ir creando una ciudad, proyecto que presentó y fue recibido con buenos ojos por los reyes de los hombres, que, previsores como cualquier jefe que se digne pensaron que sería de interés tener más hombres en las cercanías de las Montañas Blancas, y más en un paso muy concurrido como el de Erech.
Poco a poco la torre fue creciendo y se fueron añadiendo construcciones a su alrededor, un pozo como zona central de una plaza, unos establos para los animales, casas para los trabajadores, bares para los hombres y mujeres que habían ido llenando poco a poco los alrededores.
Finalmente a los cuatro años de comenzada la construcción La Torre de la Luz estuvo acabada, y para conmemorar esa fecha los reyes de los hombres dispusieron de una gran fiesta a la que invitaron a los más importantes dignatarios de los pueblos vecinos, llegando a venir una nutrida representación de los rohirrim del otro lado de las Montañas Blancas, desde Rohan, o importantes príncipes y duques de Pelargir, Dol Amroth, Lamedon, Lossarnach o Harondor. Todos quedaron maravillados con la visión de la Torre de la Luz, puesto que era primavera y aquellos días, con intenso sol, hacían que la torre brillara más que nunca. Durante ocho días hubo grandes fiestas, y el vino y la miel corrieron como el agua bajo los pies de los hombres, y las matanzas de cerdos y cabras se sucedían, todas las tardes y todas las noches había hogueras encendidas en las que se asaban las bestias sacrificadas, y se cazaban conejos, y perdices, y faisanes, y hasta algún que otro jabalí cayó bajo los arcos de los montaraces.
Pero tanto fue el revuelo que llevó consigo la puesta de largo de la Torre de la Luz, que también llegó a zonas donde no debía los comentarios de que los hombres habían levantado una atalaya de vigilancia, y en las fronteras Ephel Duath, al oeste de Mordor, los orcos y demás seres tuvieron noticia de ello y se lo comunicaron a Sauron, que comenzaba a despertar en silencio preparando lo que luego sería un gran ejército para acabar con los felices días de los hombres.
Así, una de las primeras medidas que tomó Sauron cuando decidió que su ejército estaba listo para dominar La Tierra Media fue ir a por los gondorianos, y como prueba de fuerza se dispuso a atacar Meruindin, la ciudad que había nacido y crecido alrededor de La Torre de la Luz. Para ello compuso un vasto ejército de orcos de Mordor, los más feroces de todos los que encontró, los reforzó con temibles Uruk-hai de Mordor, creados para terror de humanos y demás criaturas libres de la feliz Tierra Media, y varios miles de wargos y licántropos.
Este ingente ejército golpeó por sorpresa a las gentes de Meruindin en la cuarta luna llena tras el fin de año, lo cual pilló por sorpresa a la guarnición defensiva de la ciudad, y apenas hubo resistencia, ya que para cuando los defensores estuvieron preparados para repeler al enemigo, éste había penetrado en las murallas de Meruindin y saqueaban todo lo que encontraban en su camino, asesinando a todos los seres que allí vivían.
Cuando amaneció las muertes se contaban por millares, y de los más de cincuenta mil habitantes de Meruindin, solo unos setecientos pudieron escapar de la masacre huyendo hacia la llanura de Gondor, aunque luego muchos fueran presa de licántropos y wargos, que los siguieron hasta que saciaron su hambre de carne humana.
En los siguientes treinta años los hombres de Gondor intentaron varias veces recuperar la ciudad y la sitiaron, aprovechando que las fuerzas de Gondor habían seguido su camino y apenas si habían dejado un pequeño destacamento defensivo en Meruindin. Sin embargo las hostilidades por parte de los gondorianos no comenzaron hasta siete años después de la pérdida de la ciudad. Tras cuatro meses de asedio lograron recuperar Meruindin, y se dispusieron a restarurar y volver a levantar la gran ciudad al pie de la Torre de la Luz, pero las noticias llegaron a Sauron y éste no quiso que un paso tan importante en las Montañas Blancas estuviese en manos de su enemigo, Meruindin y la Torre de la Luz significaban la comunicación de Gondor con Rohan, y ambos juntos contra Mordor sí podían suponer una amenaza, por lo que preparó cuidadosamente un gran ejército para volver a tomar la ciudad.
De nuevo de noche comenzó la batalla, trescientos mil siervos de la oscuridad atacaron, había Uruk-hai, orcos de Mordor, Asesinos de Minas Morgul, varios destacamentos de la Guarida Negra de Barad-Dûr, Castellanos de Dol Guldur o Numenóreanos Negros, incluso se dice que los mismos Nâzguls estuvieron en la contienda, lo cierto es que tardaron ocho meses en conquistar la ciudad tras acribillarla con catapultas y atacarla con los Mûmaks que había traído desde Harad.
Cuando la ciudad volvió a manos de Sauron apenas si quedaba alguna construcción en pie, solo La Torre de la Luz se levantaba majestuosa y desafiante en la parte alta de lo que había sido Meruindin. A pesar de quedar en pie la torre había sufrido los estragos del asedio y uno de los lados había sufrido el impacto de las catapultas de Mordor, por lo que parte del tejado y de un esquina superior estaban en serio peligro de derrumbe.
Sauron decidió aprovechar la torre pero borrarla de la memoria de los hombres, así que mandó quemar la torre, para lo cual taló un bosque entero de abetos y cedros que había en las cercanías y rodeó la torre con sus troncos y ramas, con sus raíces y sus hojas… y prendió la llama. Su intención no era destruir la torre, sino volverla negra, por lo que a pesar de quemarla tuvo la precaución de que el fuego no fuese directo a la piedra, no, lo que mandó a la piedra fue el humo negro, para lo cual había un destacamento de orcos de Mordor que se cuidaba de verter un líquido que Sauron había mandado traer desde las entrañas de Orthanc.
Cuando trece días después el fuego se apagó y se extinguió La Torre de la Luz dejó de brillar para siempre, el negro se había colado en el mismo corazón de las rocas y parecía una nueva torre, Sauron la llamaría Barad-Mor, La Torre Oscura, e incluso intentó recuperar esa esquina ruinosa, aunque sin éxito, así que finalmente los orcos apuntalaron esa esquina.
Y así había llegado hasta nuestros días, con una esquina a punto de caer, con un tejado partido en una esquina, con las paredes negruzcas, solo blanqueadas por el polvo que se levantaba del terreno. Ahora Barad-Mor pertenecía a los siervos de Sauron y era un lugar lúgubre y de pavoroso recuerdo para los hombres. Allí se torturaba a los prisioneros hasta matarlos, allí se alimentaba el odio de los wargos hacia los pueblos libres, allí se entrenaba a los Trolls y demás criaturas de la noche en la lucha contra la luz, contra la vida, contra todo lo bello de La Tierra Media.
La torre quedó a cargo del jefe de la guardia que estuviese en el lugar, y así fue pasando de uno a otro orco de Mordor, que poco a poco iba degradando el lugar, añadiendo espeluznantes trampas, socavando el terreno para hacer galerías y cuevas en las que encerrar prisioneros, o guardar a los wargos por la noche para que no ataquen a los orcos… cada año que pasaba el lugar se parecía menos a lo que fue en tiempos de los hombres y más a una auténtica zona de terror continuo.
El último dueño de Barad-Mor era Shrock, un orco de Mordor que había llegado a tener cierto poder dentro de los orcos, y al que Sauron, a través de Saruman, había encomendado preparar un pequeño contingente que se dedicase al pillaje por la zona, y que pudiese sembrar el caos y el terror en zonas más lejanas de Gondor o de Rohan, lugares a los que el acceso era fácil desde Barad-Mor. Shrock no era un orco a la antigua usanza, era listo para ser un orco, hábil con el espadón, si bien, tras una pelea hace unos años contra elfos recibió un flechazo en la cara, y desde entonces usaba una máscara para protegerse, llevaba un cráneo de Huscarl gigante sobre su propia cabeza, con lo cual su aspecto era aún más aterrador. Además había dejado el espadón por una maza muy pesada que hacía añicos al mejor de los escudos, y bien que lo habían comprobado en Lossarnach y los rohirrim. Por si fuera poco el aspecto que tenía un orco de casi dos metros de altura y bien musculado, su escudo llevaba pintado el Ojo de Sauron, por lo que difícilmente se perdía su presencia en el fragor de la batalla, lo dicho, Shrock era un adversario terrible y formidable.
En aquellos días oscuros había recibido correo a través de los cuervos negros de Mordor donde se le hacía saber que en breve llegaría un grupo de ayuda desde las profundidades de Mordor, con Uruk-hai de Mordor comandados ni más ni menos que por el gran Shagrat, al que todos los siervos de Sauron tenían un especial temor, puesto que era de sobra conocida su crueldad no solo con el enemigo, sino con los siervos de la oscuridad. También llegarían tropas de Barad-Dûr, la torre hermana, concretamente un grupo de Guardias Negros, los más formidables guerreros de la zona, y al frente Wulf, otro reputado capitán orco, de gran talla y gran astucia, con muchas batallas en sus espaldas y muchos muertos en el filo de su espada.
Por todo ello Shrock quería impresionar a los huéspedes, principalmente a Shagrat, para que no intentase nada contra él, así que preparó un poco Barad-Mor y mandó subir de las mazmorras debajo de tierra a los prisioneros de las últimas incursiones en tierras de los hombres, desdichados rohirrim y hombres de Gondor, que habían sido duramente torturados y a los que faltaban miembros y sobraban penas. Los subió y mandó levantar una empalizada junto a la torre en la que los tendría a la vista, además colocó más de un despojo en las inmediaciones y levantó una tienda para los huéspedes, solo para la tropa, junto a la sombra de Barad-Mor, una gran tienda al estilo de los orcos, sin muchas comodidades ni grandes aspavientos, simplemente una gran jaima hecha con palos y una gran lona oscura bajo la que poder guarecerse si el tiempo se torcía en lluvia poder evitar estar a la intemperie. Su tamaño hacía que pudiera albergar hasta treinta o cuarenta orcos bien juntos.
Shagrat y Wulf se alojarían en la torre, en estancias contiguas a la suya, para mostrar el respeto que se merecían tan magníficos generales de la oscuridad, y por qué no reconocerlo, para tenerlos más vigilados y controlados, puesto que aunque eran “amigos” en la lucha, no había que olvidar que cada uno era de una especie, y los siervos de la oscuridad guardan lealtad a Sauron y a veces a Saruman también, pero entre ellos un orco es un orco y un Uruk-hai un Uruk-hai, mejor separados que juntos.
Todo estaba preparado para la pronta llegada de Shagrat y los suyos, y quién sabe si por fin tendría la recompensa de participar en otra batalla, puesto que desde que los elfos le hirieron en la cara no había tenido el placer de volver a sentir el sabor de la sangre humana, élfica o enana, y ya era hora de volver a beberla.
Tras un par de días de espera otra bandada de cuervos negros anunció su llegada para la tarde-noche, y Shrock preparó una bienvenida digan de reyes, y es que no quería desaprovechar la oportunidad que se le brindaba de conseguir adeptos para cuando solicitase un ejército a su cargo, y tener la recomendación de Shagrat y Wulf ante Saruman o Sauron era un punto muy importante.
Se preparó un gran banquete para los líderes y sus tropas, y las pocas mujeres humanas que quedaban en las mazmorras prepararon ciervo y jabalí asado, además de conseguir grandes cantidades de cerveza de algunos poblados lejanos a los que se habían enviado “emisarios”, y que habían dado cuenta de cuanta cerveza y otros manjares (manjares para los orcos que no para los hombres de la Tierra Media) habían encontrado.
Por fin, a la llegada de la comitiva, Shrock se presentó a Shagrat, al q ue sin duda conocía por las descripciones que le habían hecho, un gran Uruk-Hai con la piel azulada y el pelo claro, tirando a amarillo, con un cuerpo fuerte y musculado, y en cuyo escudo lucía el rojo Ojo de Sauron. A su lado Wulf, con el casco que lo destacaba como Capitán de la Guardia Negra de Barad-Dûr, con su magnífico escudo de la Guardia Negra.
Tras los saludos pertinentes todos fueron a comer, no hubo ninguna mención al importante motivo de su llegada a Barad-Mor, todo fueron risas y parecía que tanto Shagrat como Wulf habían recibido de buen agrado el banquete organizado por Shrock. La tropa también había recibido de buen agrado la comida y la bebida, y bien entrada la noche todos se fueron a sus aposentos, Shagrat y Wulf escoltados por Shrock, y la tropa rasa a la tienda al pie de la torre. El día siguiente sería el propicio para informar acerca de la naturaleza de la comitiva, y de las órdenes de Sauron con respecto a Shrock y sus tropas.
La noche fue tranquila, todo lo tranquila que puede ser una noche en un campamento de la oscuridad, con orcos y Uruk-hais mezclados; no hubo sangre negra derramada, pero a buen seguro que el exceso de bebidas tuvo algo que ver en ello, ya que estos seres no se llevan nada bien, y el tenerlos tanto tiempo juntos hacía saltar chispas por cualquier nimiedad.
A la mañana y tras dar cuenta de los restos de la noche anterior, con los estómagos bien llenos y el apetito saciado, Shagrat explicó a Shrock cuáles eran las órdenes dadas por Sauron desde Mordor. Tendría que poner sus tropas al servicio de Shagrat y comandar un grupeto de guerreros en apoyo a los que ya traían tanto él como Wulf. Hasta ahí era lo que Shrock esperaba, sin duda sería apoyo pesado para los demás. Lo que no conocía era dónde asestarían el golpe, y cuando Shagrat descubrió el lugar no pudo ocultar su satisfacción, puesto que irían a Cordû-Bas para atacar al enemigo en las estribaciones más occidentales de las Montañas Blancas, todo un reto, y todo un tesoro cuando los hombres de Cordû-Bas e inmediaciones fueran derrotados. Shrock estaba sumamente excitado, puesto que sabía que si lograban la victoria, él mismo sería recompensado con más orcos a su cargo y quizás algún troll o más wargos para defender no solo Barad-Mor, sino quizás también hacerse con el control de Cordû-Bas.
Así pues todo quedó preparado para poder avanzar sobre la ciudad a la mañana siguiente y en un par de días atacarla. La suerte estaba echada y Cordû-Bas era el preciado premio para el ganador, que sin duda serían Shrock, pensaba el gran jefe orco.








Y poco más, ya os contaré cómo me ha ido la cosa.


TORRE 04

Tenía previsto seguir explicando los pasos que iba dando hasta completar la torre primero y luego la peana escénica en la que va incluida, pero las prisas por acabar antes de mañana domingo, que es cuando tengo el torneo de los Khandianos en Córdoba han hecho que no tome fotografías del paso a paso.

Bueno, la peana está casi acabada, casi porque yo creo que esto no va a acabar nunca, tengo en mente varias mejoras que iré haciendo poco a poco de cara a conseguir una peana escénica mejor, pero con lo que hay estoy satisfecho y creo que es una digna peana escénica para el torneo de los Khandianos.














Como podéis ver he metido la choza orca, la prisión de palos, dos árboles que tenía ya hechos desde hace unos añitos, les he quitado la base y los he integrado, he puesto las vigas de apoyo... vamos, que he estado entretenido.

Espero que os guste.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

URUK-HAI DE MORDOR 05

No, no me he olvidado de mis Uruk-hai de Mordor, lo que pasa es que con la peana de la Torre y el proyecto en sí, lo he tenido un poco aparcado. Ahora lo retomo, en parte por el IX Torneo de los Khandianos de Estalia, a los que voy a llevar un contingente de orcos, Uruk-hai de Mordor y Guardia Negra de Barad-Dûr... además de la Torre...

Bueno, pues que tengo otros ocho chavalotes acabados a falta de alguna tontería y de las bases, que tengo que acabar para el domingo, que es el torneo.

En esta ocasión tenemos a Shagrat conversionado para que lleve escudo, le he quitado la cota de malla de Frodo y le he puesto el escudo, además de un arma en el brazo izquierdo. A su lado un uruk-hai con lanza, uno con la porra en alto y otro conversionado en músico, con cuerno y escudo.

El segundo cuarteto está formado por un formidable Uruk-hai con doble porra, un arma mortífera seguramente, otro con el espadón en alto a dos manos, uno con una especie de tridente y montado sobre una roca, además lleva una cabeza de orcos de Wargames y una capa esculpida con masilla verde, y el último también con masilla en la espalda y hombros...





Y esto es todo por ahora, espero que os gusten.


TORRE 03

Se acerca la fecha del torneo, este domingo 23 de septiembre, y sigo dándole caña a mi proyecto.
Tras la Feria y el comienzo de curso he estado liado imprimando la torre en negro y luego pintándola, con grises, varias tonalidades hasta conseguir un resultado bastante parecido al o que quiero, aunque faltan las piedras de las esquinas, que todavía no he decidido su color.



El siguiente paso fue hacer la base de la peana escénica, al final y tras darle bastantes vueltas me decidí por hacerlo sobre una plancha de 50x50 cm de poliestireno extrusionado sobre la que he ido colocando otros trozos para dar alturas diferentes en distintos sitios, y que no sea un llano. Lo pegué todo con cola blanca y luego con una mezcla de agua y cola blanca pegué encima papel higiénico para darle más resistencia y poder imprimar con el Negro Caos en spray, que es más rápido.




Este es el resultado antes de imprimar la peana escénica.




Y este tras la imprimación y primera mano de pintura imantada, ya que voy a probar si puedo imantar la superficie de la peana escénica y luego ponerles imanes a las miniaturas en las bases para que se queden mejor, ya veremos si funciona, porque esta pintura no me da buenas sensaciones por ahora. Como se puede ver hay también otro elemento añadido, una choza que hice hace ya unos cuantos años y que he recuperado para este montaje, está hecha con palillos de pinchitos, una venda yesada y un trozo de panel, muy fácil de hacer.




Y aquí todo el conjunto.




El siguiente paso fue hacer una mini cárcel-jaula para los prisioneros en el trozo de terreno delante de la torre, inicialmente iba a ir a la derecha de la torre, pero para ese lado tengo pensado otra cosa.
Bien, con palillos de dientes he hecho los barrotes, los raspé un poco con el cúter antes para que no sean tan perfectos, y que cuando los pinte pueda dar pincel seco para las aristas.




Una vez preparados los voy pinchando sobre la peana escénica.




Y por último coloco los verticales y los pego con súper glue. Dejé una parte libre a modo de puerta, he hice una puerta también como de barrotes.




Pensé en dejarlo sin techo, pero también pensé que los prisioneros intentarían escapar (no sé a dónde irían perseguidos por orcos, wargos, etc, pero hay cada loco por ahí...), así que me decidí a hacerle una techumbre.
Para ello comencé con palillos, pero lo veía un poco demasiado liviano, así que acabé cogiendo unos cuantos depresores (esos palitos como de polo con los que el médico nos mira la garganta cuando estamos enfermos), y tras cortarlos con el cúter en tiras más finas e irregulares, los coloqué sobre la jaula y los pegué con tres perpendiculares, de modo que puedo quitar la tapa o ponerla.










Y eso es todo por ahora, de aquí al domingo hay que acabar, así que me tengo que dar tela de prisa, porque todavía me quedan muchos detalles, aunque lo gordo ya está casi acabado. Mañana intentaré subir alguna foto del conjunto.



domingo, 9 de septiembre de 2012

TORRE 02

Sacando un poco de tiempo en plena Feria he conseguido darle otro empujoncito a la torre, que ya va teniendo el aspecto que quiero, aunque hay un par de cosas que no acaban de convencerme.

Para empezar me he dedicado a marcar las piedras de los listones de los laterales de los lados, vamos, darle aspecto de piedra.



Lo siguiente que he hecho ha sido desmoronar un trozo de torre para darle un aspecto más viejuno, así que con el cúter he ido cortando el muro en una esquina por las llagas de la sillería, haciendo que una esquina entera de la torre se pueda quitar, la voy a desplazar un poco para que se separe del resto y parezca que va a caer.









Siguiente paso la cubierta. Me he decidido por ponerle una cubierta de pizarra, a cuatro aguas, y es que me parecía mejor que que acabase la torre en almenas, me gusta más cómo quedan las que he visto por internet. Como la torre está rota por arriba he tenido que hacerlo en dos partes, la grande y el trozo que se va a caer.
Para hacerlo he recortado tiras de cartón y luego he cortado cada teja a diferente altura, luego a pegar de abajo a arriba unas sobre otras tiras.
Me gusta como ha quedado.








También le he colocado unas barras de poliestireno expandido a modo de vigas de madera por el interior de la cubierta, como en parte se va a ver por dentro habrá que currárselo también.

Mañana a ver si me da tiempo a dar la imprimación con negro, al final lo haré con témpera, porque el spray de GW se come el poliestireno expandido.


jueves, 6 de septiembre de 2012

TORRE

Dentro de un par de semanas tengo el Torneo de los Khandianos de Estalia, en Córdoba, y me gustaría llevar escenografía nueva, una peana escénica con mi ejército de Mordor (seguramente llevaré Mordor, que es de lo que más tengo pintado), lo mismo lo doy la alternativa a los Uruk-Hai de Mordor.
La cosa es que tras ver unas casitas que ha hecho Capitanmanu me entraron ganas de hacer algo de escenografía, y aprovechando lo del torneo me he tirado al toro y me he puesto a hacer una torre en medio ruinas.
Quiero hacer una Guía para La Guerra del Anillo de la torre, pero depende de cómo quede, si no sale bien no la hago.
Bueno, para empezar he cogido una placa de poliestireno extorsionado y he cortado cuatro trozos de 30x15 cm. que van a ser las medidas de cada cara de la torre, que será de sección cuadrada.




El siguiente paso es pintar líneas horizontales que nos sirvan de guía aproximada para marcar luego los sillares sobre la pared.




Y a continuación se señalan esos sillares con un lápiz, sin apretar mucho pero tampoco que no se note. Además he aprovechado para marcar las ventanas y la puerta. Dos caras serán iguales, con tres ventanucos para disparar flechas y más arriba dos ventanas grandes, otra de las caras, la principal, será igual añadiéndole una puerta, y la cuarta cara no llevará ninguna abertura.






Una vez marcadas todas las partes llega el momento de trabajar las paredes. Con un lápiz y ayuda en algunas ocasiones del cúter he presionado sobre algunos sillares para que no todo sea uniforme, quiero que la torre tenga un aspecto de viejo y deteriorado que difícilmente tendrá si todo está en su sitio. También he marcado con el lápiz líneas sobre la superficie de los sillares a modo de arañazos... todo sea por envejecer la torre.




Para los marcos de puerta y ventanas he decidido darles más volumen y hacerlos volar un poco, por lo que he cortado tiras finas de poliestireno expandido y las he pegado en su sitio.




Además he cortado unas tiras largas con sección en L y las he colocado en las esquinas, tapando así los defectos de las uniones entre paredes y enmarcando cada cara por sí sola, lo cual le da un buen aspecto.




Por último subo unas imágenes con una miniatura para el tema de proporciones.






Así es como está ahora mismo la torre, queda envejecer tela las superficies y empezar con el tejado a cuatro aguas... queda mucho y poco tiempo, a ver si lo consigo.