BACKGROUND RUFFIANS
Pues eso, el trasfondo de mi compañía de Rufianes.
Well that, the background of my company of Ruffians.
Nadie piensa lo duro que puede llegar a ser vivir siendo el hijo del verdugo… solo Öttomir lo sabía, y es que desde muy joven sentía las miradas de los demás, como cuando había algún encontronazo él siempre salía airoso y nadie le inquietaba… todo eran parabienes, hasta que creció un poco y se fue dando cuenta de que no era el más listo, ni el más bueno, ni el más guapo… era el hijo del verdugo, y por ello nadie osaba molestarlo. En un principio decidió sacar tajada de aquello y desafiaba a todo y a todos, hasta que se cansó y decidió saber quienes eran en realidad esos que se hacían llamar sus amigos, y entonces se dio cuenta que no tenía amigos, ni podía confiar en nadie, simplemente le tenían miedo.
Desde ese momento su vida comenzó a cambiar, pronto su padre falleció y tuvo que asumir su papel en la ciudad, el nuevo verdugo era muy grande, parecía un gigante, y es que desde joven sus padres se habían encargado de alimentarlo bien, nunca faltó un buen trozo de carne en el plato, y dulces, algo que al principio él creía normal en todas las casas, pero que cuando creció se dio cuenta que venían con el cargo, y claro, de eso sí sacó tajada.
Cuando tuvo edad de casarse quiso hacerlo con una moza que de verdad le quisiera, no quería a la más guapa, quería una compañera de verdad, pero no confiaba ya en nadie y transcurrían los años y seguía soltero.
Pasados los treinta y cinco años, y ya curtido desde hacía varios en su profesión de verdugo, que a tiempo parcial combinaba con la de carnicero, un día, después de un enfrentamiento de su ciudad con una enemiga, pero que no lo había sido siempre, le llevaron al cadalso un grupo de reos para ajusticiarlos, no había mucha gente viendo el “espectáculo” y de entre los prisioneros reconoció a uno que había sido amigo suyo hacía mucho tiempo, sabía que Limdish lo había reconocido, pero no si sabía que él también. Apenas cinco vecinos y el juez estaban en el lugar, fuera de las murallas de Erden Liun, su ciudad, hacía ya tiempo que el trabajo se realizaba extramuros, y fueron pasando los sentenciados, a los que Öttomir fue despachando de un tajo, hasta llegar el turno del penúltimo, su otrora amigo Limdish.
Nobody thinks how hard it can be to live as the executioner's son... only Öttomir knew it, and from a very young age he felt the eyes of others, like when there was a clash he always came out on top and no one bothered him... everything was congratulations, until he grew up a little and realized that he was not the smartest, nor the kindest, nor the most handsome... he was the executioner's son, and for that reason no one dared to bother him. At first he decided to take advantage of that and challenged everything and everyone, until he got tired and decided to find out who those people who called themselves his friends really were, and then he realized that he had no friends, nor could he trust anyone, They were simply afraid of him.
From that moment his life began to change, soon his father died and he had to assume his role in the city, the new executioner was very big, he looked like a giant, and since he was young his parents had taken care of feeding him well, he never lacked a good piece of meat on the plate, and sweets, something that at first he believed was normal in all homes, but when he grew up he realized that they came with the charge, and of course, he did take advantage of that.
When he was old enough to get married he wanted to do it with a girl who really loved him, he didn't want the most beautiful one, he wanted a real partner, but he no longer trusted anyone and the years went by and he was still single.
After he was thirty-five years old, and already experienced for several years in his profession as an executioner, which he combined part-time with that of a butcher, one day, after a confrontation between his city and an enemy, but which had not always been , they took a group of prisoners to the scaffold to execute them, there were not many people watching the “show” and among the prisoners he recognized one who had been a friend of his a long time ago, he knew that Limdish had recognized him, but not if he knew that He too. Only five neighbors and the judge were in the place, outside the walls of Erden Liun, their city, the work had been carried out outside the walls for a long time, and the sentenced people passed by, whom Öttomir dispatched in one fell swoop, until they reached the turn of the penultimate, his former friend Limdish.
El juez leyó la sentencia por la cual se le iba a segar la vida de un hachazo, y mientras lo hacía Limdish lo miró con cara de pena, Öttomir le devolvió la mirada, y por una vez pensó que era un amigo, recordó alguna travesura juntos, y antes de que acabase el juez con su trámite, le dijo a Limdish en voz baja:
- No temas, no voy a matarte, voy a fallar, corre hacia los árboles, mi caballo está justo detrás, cógelo y ve hacia la fuente del río, espérame allí.
Limdish no entendió lo que le decía, sorprendido se dio cuenta de que era una oportunidad para seguir viviendo, e hizo lo que Öttomir le dictó.
Esa misma tarde noche Öttomir dejaba Erden Liun como proscrito ante la incredulidad de todos, nunca había faltado a su trabajo ni nada parecido.
Cuando se reunió con Limdish éste le agradeció su gesto, le debía la vida, y ante la pregunta de qué harían ahora, el renacido le contó su plan: Unirse a un grupo de hombres que luchaban por sus vidas y viajaban de pueblo en pueblo cogiendo lo que necesitaban, robando lo justo y necesario para sobrevivir y evitar a las autoridades.
Y esa había sido la idea primera de ambos, pero el tiempo tiene sus propios planes, y muy pronto la realidad los hizo endurecerse, a fuerza de encontronazos con otros, de luchas en medio del campo, donde la fortaleza y el tamaño de Öttomir unidos a la astucia y rapidez de Limdish, les sirvió a ambos para sobrevivir y ganar adeptos. Tras un par de años en la ruta se les habían unido unos cuantos malechores, sí, malechores, porque ahora se dedicaban al pillaje, no habían matado a nadie aún, pero parecía cuestión de tiempo y de que se dieran las circunstancias. Angathor, Jöol, Kurkish, Nothmir, Olegir y Norm eran el resto del grupo, que deambulaba por entre los pueblos en busca de comida, riquezas o dinero, pero desde hacía unos meses corría por la zona la noticia de un tal Zarquino que estaba montando un pequeño ejército para estos menesteres, y tanto Öttomir como Limdish como el resto no veían con malos ojos unirse a aquellos…
The judge read the sentence for which he was going to take his life with an ax blow, and while he did so Limdish looked at him with a sad face, Öttomir looked back at him, and for once he thought he was a friend, he remembered some prank. together, and before the judge finished his procedure, he said to Limdish in a low voice:
- Don't be afraid, I'm not going to kill you, I'm going to fail, run towards the trees, my horse is right behind, take it and go towards the source of the river, wait for me there.
Limdish did not understand what he was telling him, surprised he realized that it was an opportunity to continue living, and he did what Öttomir dictated.
That same afternoon Öttomir left Erden Liun as an outlaw to the disbelief of everyone, he had never missed his work or anything like that.
When he met with Limdish, he thanked him for his gesture, he owed him his life, and when asked what they would do now, the revenant told him his plan: Join a group of men who were fighting for their lives and traveling from town to town picking up what they needed, stealing what was just and necessary to survive and avoid the authorities.
And that had been their first idea, but time has its own plans, and very soon reality made them harden, through clashes with others, through fights in the middle of the countryside, where Öttomir's strength and size combined. Due to Limdish's cunning and speed, it helped both of them survive and gain followers.
After a couple of years on the route, a few thugs had joined them, yes, thugs, because now they were dedicated to looting, they had not killed anyone yet, but it seemed a matter of time and the circumstances. Angathor, Jöol, Kurkish, Nothmir, Olegir and Norm were the rest of the group, who wandered through the towns in search of food, riches or money, but for a few months there had been news in the area of a certain Zarquino who was setting up a small army for these tasks, and both Öttomir and Limdish and the rest did not frown upon joining those...
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