Cuarta entrega con un Buick de 1951 también de Hot Wheels. Este es el primer coche que pinté, y el resultado me encantó, ha tenido mucho que ver con comenzar esta nueva aventura de Koches Lokos, por lo que se convierte en un coche especial.
La verdad es que este coche ha tenido un cambio brutal de como lo compré ha como ha quedado, me encanta el tono amarillo que ha cogido, y los desgastes que le di. A lo mejor no os parecen gran cosa, pero yo pensaba que no sería capaz de conseguir este efecto...
El interior del coche no está pintado como en otros, como le he pintado los cristales simulando un reflejo azulado pues el interior no hacía falta, más o menos como con el Mercury Eight, que al llevar todas las ventanas tapadas con "planchas de metal" tampoco se ven.
No sé si fui yo el culpable o ya estaba así, pero se inclina hacia un lado, el derecho visto de frente, así que está un poco hecho polvo el pobre. Bien, para las armas encontré una pieza curiosa entre los juguetes del peque y pensé en poder ponerle cohetes sobre el techo, me puse a ello y al final la cosa quedó bien. Además decidí protegerlo por detrás, más o menos al estilo del Dodge, y es que poco a poco se van cubriendo las posibilidades de ser original (Sí, ya sé que todavía quedan muchas opciones de armar y de defender a un coche, pero mira, por ahora no he repetido al 100%).
El color, como ya he dicho, es un amarillo apastelado, con mucho óxido anaranjado, que me encantó cuando lo dí, hace ya tres semanas...
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